viernes, 29 de agosto de 2008

LA CLASE DE ÉTICA





El profesor de ética lleva a su clase varios objetos y los coloca en su escritorio.

Cuando da comienzo a la clase toma un frasco grande y vacío de mayonesa y procede a llenarlo con unas cuantas piedras de regular tamaño. Entonces pregunta a las chicas de once si el frasco está lleno.

Todas contestan que sí.

Entonces el profesor coge una bolsita de perdigones y la vacía en el frasco y agitando poco a poco los perdigones van llenando los espacios vacíos entre las piedras. De nuevo pregunta si el frasco está lleno. Todas respondieron, riéndose:

- ¡¡Ahora sí!!.

El Profesor toma ahora una bolsita de arena y la va vaciando en el frasco mientras lo sacude un poco. La arena termina de llenar los espacios vacíos.

- Ahora bien -dice el profesor- quiero que reconozcan y entiendan que esto es como sus vidas.
Las piedras grandes son las cosas importantes, sus familias, su salud, sus socios, cosas que cuando todo lo demás se pierde todavía llenarán sus vidas. Los perdigones representan cosas que cuentan algo menos, como su trabajo, su casa, su automóvil. Y la arena sería todo lo demás, las cosas insignificantes en sus vidas. Si ustedes llenan el frasco primero con la arena, no habrá espacio para las piedras y los perdigones. Lo mismo ocurre con sus vidas.
Si pierden su tiempo y energía en nimiedades nunca quedará espacio para las cosas que realmente deben importarles. Ocúpense primero de las piedras y perdigones, es lo que más importa. Establezcan prioridades, el resto será pura arena.

Pero entonces, Maira Mora se levanta, toma el frasco que todo el mundo, incluido el profesor, consideran totalmente lleno y procede a vaciar una lata de gaseosa dentro del mismo. Por supuesto la gaseosa rellenó los intersticios sobrantes dentro del frasco y verdaderamente dejó el frasco, ahora sí, totalmente lleno.


¿Y la moraleja?
PUES...

No importa cuán ocupada esté tu vida... ¡
¡Siempre quedará espacio para una gaseosa!!

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